viernes, 25 de agosto de 2017

Chamanismo en Sudamérica, la Magia de los Wichis.

Chamanismo en Sudamérica
la Magia de los Wichis.


América del Sur es un subcontinente atravesado en su parte norte por la línea del Ecuador que se extiende, hacia el Sur, hacia el Polo. Esta vasta extensión rodeada por los Océanos Pacífico y Atlántico, presenta una gran variedad de paisajes: el desierto de Atacama, considerado uno de los más áridos del planeta; la selva amazónica, una extensa superficie que alberga innumerables especies vegetales que son constantemente descubiertas por la civilización; bosques de coníferas situados en el tramo sur de la cordillera de los Andes; la llanura de la Patagonia, etc.

La extensa variedad de culturas, creencias, tradiciones religiosas y costumbres que esta diversidad nos entrega, da paso a la existencia de numerosos rituales mágicos relacionados con la magia, el chamanismo y la hechicería. Porque no tiene la misma concepción del universo y de sí mismo un individuo nacido en medio de la selva tropical que otro cuya vida ha transcurrido en el altiplano o en los gelidos y ventosos parajes de Tierra de Fuego.



Por ello, he decidido aprovechar estos medios digitales de la actualidad, para compartir con todos mis queridos lectores y seguidores sobre las culturas que he tenido la oportunidad de conocer y estudiar en el pasado. Al venir de un País clave en el Sur, como es Venezuela, llena de inmigrantes de todos los Paises de Sudamerica, he tenido la oportunidad de compartir con muchas de estas maravillosas personas de diferentes países, que a pesar de compartir el mismo lenguaje, manejan culturas y tradiciones completamente diferentes.

Uno de estos casos es el de los llamados Wichis o “matacos”, cuya cultura es una delicia de folklore y chamanismo mágico lleno de color y mucho misticismo tradicional.

Los Wichi, son una etnia indígena proveniente de Argentina, Bolivia y Paraguay, son conocidas como wichi o wichis, que en lengua quechua (lengua originaria de los Andes) significa “gente” o “pueblo”, también se les conoce como “matacos”, en asociación al armadillo proveniente de Argentina que lleva el mismo nombre.

La tradición religiosa de los Wichi combina animismo tradicional y chamanismo mágico, ellos rinden un culto muy complejo a los espíritus que habitan en la naturaleza, siendo estos espíritus regidos por Tokuah, el rey de los espíritus y los bosques.



Los wichi son conocidos por su uso de las semillas de cebil (Anadenanthera colubrina), un árbol de Sudamérica con tronco espinoso y gris que produce flores entre Septiembre y Diciembre. Las semillas de cebil que son recogidas al pie de este árbol, son secadas al sol y molidas hasta reducirlas a polvo, y este polvo es utilizado por los chamanes de la tribu para curar diversas enfermedades, debido a que su humo, es considerado un humo sagrado que contiene las bendiciones de Tokuah.

El polvo de las semillas de cebil puede ser inhalado o incluido en las hojas de tabaco para entrar en contacto con los espíritus, venerar a los muertos, y pedir favores a aquellos que han ascendido para vivir a la diestra de Tokuah.

La corteza del árbol de cebil es usada medicinalmente por los shamanes de la tribu.​ Además, la goma que se produce a partir de la corteza, se usa para tratar infecciones del tracto respiratorio superior, como expectorante y calma la tos.

Otro de los principios mágicos de la cultura wichi, es la adoración del llamado “palo borracho” o “Yucan” (Ceiba chodatii), cuyas flores de color amarillo palido y sus semillas de color negro, son quemadas para exorcizar a los malos espíritus que traen con ellos, enfermedades y locura psicótica.

Los wichi creen profundamente en la magia, aunque la ven como algo tan peligroso como prohibido, que solo los chamanes más ancianos y preparados pueden practicar, ellos creen en la lucha constante entre los espíritus buenos y los espíritus malos, así como en el ciclo de la reencarnación, donde los hombres reencarnan en animales y las mujeres en plantas y árboles, y al cumplir un ciclo de más de cien vidas, alcanzan a reencarnar como videntes.

Los videntes en la cultura wichi son considerados un presagio de los dioses y una bendición, se les enseña desde muy pequeñas a venerar a la naturaleza y contactar a los espíritus para alcanzar el grado del chamán que heredará las tradiciones.

Además de ello, los Wichi tienen un amplio dialecto, desde jóvenes se les enseña a hablar espanol y lenguaje quechua, simultáneamente, pero los jóvenes que son enseñados y entrenados para ser chamanes aprenden además un tercer lenguaje, un lenguaje mucho más antiguo y tradicional que solo es enseñado oralmente y se transmite de generación en generación, debido a que es considerado el lenguaje secreto de los espíritus del bosque, y además es sagrado.

Una de las prácticas más cerradas, pero también más comunes de su cultura, es el circulo de sanación, donde un grupo de hombres y mujeres de alta edad se sientan formando un circulo junto al chaman de la tribu, y colocan al enfermo acostado en el centro del mismo, y haciendo uso de un sonajero, fabricado con el caparazón de una tortuga y una serie de cantos, curan al enfermo de cualquier mal.



Aunque no es históricamente correcto, puedes entender la magia alrededor de la cultura wichi, viendo la película animada de Disney “Pocahontas”, donde el chamán "Kekata" del pueblo lee el porvenir en el fuego, cura a las personas con cantos y sonajeros, y lleva consigo un saco de su “polvo mágico” para quemar en la hoguera como tributo a los grandes espíritus, los cuales son representados en la película como pequeños símbolos dorados que se pasean flotando en el viento.

Si tienes oportunidad de visitar en algún momento, el Museo de Historia Natural en Manhattan, New York. Podrás encontrarte frente a una notable y curiosa colección de artefactos de la cultura wichi, formando parte de la South American Collection.

© Elhoim Leafar



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