lunes, 16 de noviembre de 2015

Conservar La Fe en Tiempos Difíciles

Conservar La Fe en Tiempos Difíciles

La fe es para muchos un simple significado casi desconocido e improbable de creer en algo. Si preguntas a muchas personas te darás cuenta que la mayoría consideran la “fe” como creer en algo que está más allá, quizás más de uno te responda “tener fe en que las cosas van a cambiar”, pero seguimos en la constante de la pregunta ¿Qué es la fe y de qué nos sirve?.

Soy un fiel creyente, creo en el universo, creo en la ciencia, creo en la humanidad y por encima de todo, creo en la Divinidad, en Dios.

Creo en la existencia de un Dios maravilloso que riega cada centímetro del Cosmos con su amor ilimitado todos los días Para mí eso es tener fe.

Saber que existe una fuerza de poder incalculable más allá de mi entendimiento y comprensión no solo me motiva a seguir adelante cada día, me da fuerzas para seguir por encima de todo obstáculo y me da la tranquilidad interior de saber que no importa lo que suceda, Todo se arreglará

Para muchos soy alguien joven que quizás desconoce las dificultades de la vida, pero en una sociedad como la que vivimos actualmente es bastante difícil que hasta el niño más inocente conserve su inocencia. Vivimos en un mundo de guerreros, un mundo que día a día se vuelve más difícil, un mundo que día a día nos presenta nuevas pruebas, un mundo que día a día busca (y a veces encuentra) singulares maneras de poner a prueba nuestra fe.

¿Necesitas acaso más pruebas?, Pase lo que pase sigues vivo, sigues aquí, el universo se expande, el Sol brilla cada mañana, la Luna te cobija con su luz, ¿Necesitas más pruebas de que Dios sigue allí sin perder su fe en nosotros?.

Puede ser difícil, eso es cierto y nadie te puede decir lo contrario, pero ¿Quien dijo que la vida sería fácil?, la vida no vino con instrucciones, al nacer nadie nos dio un manual. La vida está llena de obstáculos.

Que terrible experiencia cuando algo no sale como nosotros queremos, que mal se siente cuando perdemos una oportunidad y que desagradable ese sabor de boca cuando te has dado cuenta de que has pasado meses, quizás años trabajando en algo que no te dio los resultados que esperabas.


Pero... Al contrario, que bonito es sentir que algo sale bien, que hermosa sensación cuando nos encontramos en la cima de la montaña, sentimos la brisa en la cara y miramos abajo, vemos todos esos obstáculos que hemos pasado y vemos a otros que vienen subiendo por el mismo camino, allí cuando nos sentimos más vivos que nunca, allí cuando agradecemos a Dios su apoyo y su fuerza, allí cuando el sol brilla y lo sientes tan cerca que te quema la piel, es allí cuando te das cuenta que lo que mas te motivó... Fue jamas perder la fe.

Así es la fe, todos la tenemos y la asociamos a algo, la fe en los estudios, la fe en nuestros hijos, la fe en el mañana, la fe en que algo maravilloso nos espera a la vuelta de la esquina, incluso cuando se nos va un ser querido, la fe de creer que nos reencontraremos nuevamente en otro lugar es lo que nos permite continuar con nuestra vida.

La fe está ligada a la perseverancia, como dice aquella vieja frase “el que persevera vence”, ¿Pero, qué es eso que nos ayuda a perseverar? que más si no la Fe en que podemos lograr algo, sin la fe de poder lograrlo nos daría igual seguir intentando que estar en casa sentados viendo telenovelas.

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