Ostara la Diosa
El dia de Ostara se acerca, la luz comienza a adueñarse del calendario, los días retoman poco a poco su curso natural, de repente el Sol parece brillar más y su luz es cada vez más dorada. Hace milenios el viento del este y la aurora concibieron una hermosa hija, su hija descendió siglos después a nuestro mundo, y abandonando toda inmortalidad, ella ha decidido caminar entre los hombres y las brujas como una humilde y poderosa reina de los bosques.
Pasaron los Siglos y los hombres la honraron con muchos nombres, en muchas eras, en muchos rincones del mundo, y finalmente fue consagrada como ‘Ostara’ la diosa del amanecer y el despertar de la vida, ella representa el renacer de la naturaleza y simboliza la llegada de la primavera, recorre los viejos bosques helados que permanecen bajo el helado manto del invierno, con la candidez de su espíritu busca resucitar los árboles y germinar la tierra, siembra por sí misma las semillas que comenzarán a emerger a su paso, y con un majestuoso derroche de humildad se arrodilla con un gesto respetuoso ante los árboles más viejos del sendero, agradeciendo a estos por brindar soporte, alimento, sombra y hogar a las miles de criaturas que habitan la espesa arboleda.
Es momento de decir Adios al frio invierno, pues la reina de las nieves se despide por un largo tiempo, y mientras su carroza helada se visualiza en el lejano horizonte cada vez más pequeña hasta desaparecer con un último brillo dorado en el atardecer, otra carroza hecha de madera de roble, con ruedas forjadas de oro y adornada con rosas y flores de todo el mundo, llega para estacionar donde el invierno descansaba, la diosa del bosque ha llegado para ser venerada, y con gesto humilde venera con su mera presencia a la humanidad misma que tanto ama y admira.
La primavera ha llegado, escoltada por Ostara, la diosa que hará renacer los fríos árboles y calentara los viejos caminos del hombre, paseara sin diferenciación entre campos y cementerios, entre jardines y montañas, y concebirá de su vientre la luz del oeste que ha llegado para adornar nuestros días e iluminar nuestras vidas. La primavera está más que cerca, está aquí, está estacionando en el jardín más cercano.
El invierno se aleja del hombre, con sus campos de escarcha plateada y sus fuertes nevadas, los mantos blancos del bosque nevado dicen adiós y dejan los húmedos senderos para que la diosa de la naturaleza siembre sus flores en ellos, pronto recibiremos su divina presencia en el delicado aroma de los tulipanes y en la exquisita luz dorada que se filtra entre las ramas del bosque, los parques y los campos se vestirán de verde en honor a la diosa, y las flores emergen en cada rincón de la tierra.
Las hadas comienzan a colarse en nuestras casas, vienen a jugar con sus típicas distracciones, escondiendo las llaves y los lapiceros, robando una media de cada par para hacernos enojar teniendo solo un impar, los gnomos visitaran los hogares trayendo consigo una suerte de aromas y colores, los elfos y otros espíritus cosecharan la tierra, de la cual emergen frutos y flores sin parar, porque Ostara ha llegado con su corona de rosas y su vestido de hojas, sin preocuparse por ocultar su feminidad y su creciente barriga siempre a punto de alumbrar, Ostara llega escoltado por ninfas y faunos, mientras ella escolta a su vez la crecida primavera, los viejos espíritus cantan su canción y las flautas de los faunos se escuchan sonando por todos los campos, Ostara ha llegado y esto debemos celebrarlo.
Durante el frío invierno, el dios del bosque ha perecido, tal como lo ha hecho cada año desde el inicio del tiempo humano, dios de la vida y la muerte que se pasea entre los mundos de los vivos y los muertos, al llegar la primavera el dios consorte renace en el bosque, para encontrarse con la doncella encinta que espera por su amado, quien abraza su preñez y ante el amor queda prendado, el Dios del sol ha regresado y a la diosa madre nuevamente a fecundado.
Feliz Ostara & Feliz Primavera, Luz & Amor para todos.
© Elhoim Leafar 2017
© Imagen: Helena Nelson Reed 2013