jueves, 24 de octubre de 2019

Los Reyes Magos de Oriente I Parte


Los Reyes Magos de Oriente I Parte

La sagrada tradición de los tres reyes magos de Oriente y su rico simbolismo cultural.


Saludos y Abrazos a todos los que se pasean por acá unos minutos a leer lo que escribo, este post es la primera de las dos partes en las cuales dividiré este tema sobre “Los Reyes Magos de Oriente”, bien conocidos en la tradición cristiana, quienes adoptan el término “Magos” un título que recibieron aquellos sacerdotes eruditos provenientes del Antiguo Oriente, estos famosos Tres Reyes Magos acudieron desde Oriente para rendirle homenaje y entregarle regalos de gran riqueza simbólica: oro, incienso y mirra al recién nacido Jesús de Nazaret en un pesebre.

El simbolismo ritual de dicho acontecimiento ha sido altamente debatido desde los más diversos puntos de vista, pero debido a que ninguno de nosotros (y obviamente me incluyo) estuvo presente en dicho acontecimiento, no importa que tan claras puedan ser nuestras opiniones, estas seguirán siendo simples teorías que realizamos desde la perspectiva y análisis académico de cada individuo.

En los evangelios canónicos sólo el Evangelio de Mateo menciona realmente a dichos "magos", sin brindar información precisa sobre sus nombres o títulos oficiales, pero fue a partir de las interpretaciones posteriores al siglo III d. C. que dichos personajes pasaron de ser magos errantes a considerarse reyes, no sólo por causa del folklore y la tradición oral creciente en torno a su culto, sino también por el simbolismo ligado a su iconografía y por los simpáticos regalos que ellos entregaron al “hijo del Dios de los pueblos judíos”.

La Iglesia ortodoxa siria y la Iglesia apostólica armenia aseguraban que eran doce, tal como los apóstoles y las doce tribus de Israel, pero finalmente su número fue reducido a sólo tres magos, un mago para representar la entrega de cada uno de los tres regalos que surcaron el desierto para ser entregados, y también para simbolizar las tres familias descendientes de Noé.

Es a partir del conocido mosaico de San Apollinaire Nuovo (Rávena) que data del siglo vi d. C., Donde pueden leerse los nombres que la tradición le otorgó a dichos magos, siendo estos entonces Melchor, Gaspar y Baltasar, siendo representados además con una vestimenta persa y representando distintas edades, simbolismo similar al de las diosas lunares del paganismo reciente que son representadas con tres edades diferentes, lo cual puede ser asociado además a la representación de la divina trinidad catolica (Padre, Hijo y Espiritu Santo). Para representar también la rica diversidad cultural de los reyes de aquella época, el rey Baltasar pasó a tener la tez negra, y en general los tres reyes, además de representar las edades, representen las tres razas de la Edad Media.


Melchor representa a los europeos
Gaspar representa a los asiáticos
Baltasar representa a los africanos.



Los Reyes Magos tienen su origen en los relatos vinculados al nacimiento de Jesús “el profeta”, estos relatos provenientes de evangelios canónicos hoy forman parte del Nuevo Testamento de la Biblia. El Evangelio de Mateo (el único que los menciona) cuenta que estos magos, claramente grandes conocedores del cielo y sus estrellas, observan en estas un presagio, dicho presagio anuncia el nacimiento de un profeta de “los tiempos venideros”, y siguiendo dichas estrellas consiguen llegar a Belén, donde el “rey de los judíos ha nacido”, y para presentar sus respetos ante el mismo, le llevan opulentas ofrendas de oro, incienso y mirra.

Si, para muchos puede resultar altamente contradictorio que “unos magos”, así como cualquier practicante de la las artes esotéricas fuesen admitidos como adoradores de Jesús, pero a partir de aquí podemos entender dos razones enteramente diferentes para hacerlo.

La primera, los magos (como sacerdotes de la época) reconocían la existencia de muchos dioses, y no sería raro para ellos ir a honrar al que sería desde su punto de vista (y acorde a la época) ir a conocer en paz al recién nacido hijo del Dios de los judíos, pues para la época, sería como el profeta que es hijo de un dios local, en este caso, se trataba del hijo del dios de un pueblo más moderno y poco conocido como lo eran los judíos de la época. Especialmente tomando en cuenta que el panteón babilónico abarcaba los nombres de más de 2 mil dioses diferentes.

La segunda razón, la tradición oral en torno a los Reyes Magos de Oriente, es mucho más amplia que las escrituras sobre ellos en el sentido bíblico, pero en la mayoría de sus versiones (por no decir en todas) dichos personajes serian serios magos y astrólogos, uno de ellos (Melchor) es muchas veces además considerado un alquimista, y para ellos el presagio en las estrellas era tan importante en aquella época como un pronóstico del clima en nuestros tiempos actuales, para ellos era vitalmente necesario buscar el cumplimiento de la profecía y demostrar al mundo que sus presagios estaban en lo correcto. Claramente esto último desde mi perspectiva como astrólogo amateur.

Aunque algunos intérpretes actuales tratan de dar una visión mucho más “cruda” y menos simbólica a dicha historia, afirmando que los griegos utilizaban el término “magos” para referirse también a los hombres sabios, médicos y científicos de la época, este es un argumento bastante debatible, por no decir incorrecto, debido a que la sociedad griega como la gran civilización que era en aquel entonces, conocía enteramente la diferencia entre un Mago y un hombre de ciencia, pues los médicos y alquimistas de la Antigua Grecia, no eran considerados magos, sino como hombres de ciencia, mientras que los magos eran sacerdotes de oficio, promotores del culto a los dioses y astrólogos.


“Los reyes de Tarsis y de las islas ofrecerán presentes; los reyes de Arabia y de Saba le traerán sus regalos: y todos los reyes de la tierra le adorarán”

Salmo 71, 10.



El autor y especialista en el tema Walter Drum, asegura basándose en evidencia no bíblica, que se al tratarse de los ‘Magos de Oriente’ estariamos hablando sobre miembros de la casta sagrada de los “Medos”, quienes siguiendo las órdenes estrictas de ‘Rab-Mag’ (el Mago Jefe) acudieron a presenciar dicho nacimiento. Los ‘Medos’ eran en su época una poderosa casta de magos y astrólogos altamente educados que eran entrenados para servir a los reyes como adivinadores y consejeros, y eran enviados desde su ‘academia’ a diversas ciudades de Asiria y Babilonia.

De hecho los ‘Medos’ como consejeros, eran entrenados en Babilonia para conocer y combatir la hechicería, los sortilegios y toda clase de envenenamientos, siendo su especialidad la lectura de las estrellas, el dominio de los lenguajes y la interpretación de los sueños, sirviendo más como oráculos que como magos.

Otra opción a esto es que los magos serían seguidores de Zoroastro y Ahura Mazda (el Dios creador no creado), que eran en aquel entonces popularmente conocidos como los magos de Persia (actualmente Irán), aunque su religión prohíbe la hechicería, estos eran conocedores de los movimientos estelares y las constelaciones, la interpretación de los sueños y los augurios.

Mateo no explica que sean astrólogos que conocieran con precisión el movimiento de alguna estrella (2:7) a pesar de ser ésta la creencia general. Aunque bien intencionados, su visita es causa de turbación general y despierta la desconfianza de Herodes (2:3), pues veía al nuevo Mesías como un rival. A pesar de ser anciano y de haber reinado ya por más de treinta años, Herodes les ruega que averigüen el sitio preciso del nacimiento del Mesías (2:8) con el fin de poder, así, acabar con su potencial competidor. Los sabios, que no sospechan eso, encuentran al Niño, lo adoran y obsequian oro, incienso y mirra (2:11). Un ángel previene a los magos de las intenciones que Herodes guardaba (2:12), así que no regresan donde él. Iracundo, el rey manda a matar a todos los niños menores de dos años. Para entonces, José ha sido avisado en sueños (2:13) de que debe huir a Egipto con los suyos.

"Nacido, pues, Jesús en Belén de Judá en los días del rey Herodes, llegaron del Oriente a Jerusalén unos magos diciendo: «¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer?".

Evangelio de Mateo (2, 1-2)




De donde provenían exactamente los Reyes Magos del Oriente?

Si bien todas las menciones a estos misteriosos personajes solo especifica que provenían del Oriente, ningún autor se da a la tarea de especificar de qué región proviene exactamente.

Lo que sabemos hoy día a ciencia cierta es que en los tiempos del nacimiento de Cristo, al Oriente de Belén (actualmente Palestina), solo se realizaba el sacerdocio de los magos en la antigua Media, Persia, Asiria y Babilonia. Así que, si nuestros magos provenían del Oriente y camino a conseguirse con el “nuevo profeta” llegaron a visitar al Rey ‘Herodes el Grande’ en Jerusalén, si, nuestros Magos provinieron de alguna parte del ‘Imperio Parto’, de ser esto correcto, ellos habían cruzado el desierto de Siria (entre el Eufrates y Siria), llegando a Haleb (Aleppo) o Tudmor (Palmyra), pasando por las profundas tierras de Damasco y siguieron hacia el sur (Darb elhaj), recorriendo ese camino que es hoy día conocido como “el camino de los peregrinos”, continuaron por el Mar de Galilea y el Jordán por el oeste hasta cruzar el vado cerca de Jericó.

  • Ahora, diferentes autores de diferentes épocas colocan el origen de los reyes magos en diferentes regiones, pues solo queda claro que vinieron del Oriente de Belén.
  • De acuerdo a San Máximo y Teodoto de Ancyra, los magos provenían de Babilonia (Irak).
  • De acuerdo a San Clemente de Alejandría y San Cirilo de Alejandría, los magos provenían de Persia (Irán).
  • Mientras que San Justino y San Epifanio, afirman que los magos vendrán de Arabia.


"Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra".
Evangelio de Mateo (2, 11).