domingo, 18 de agosto de 2019

Esas viejas festividades paganas que aun celebramos.


Esas viejas festividades modernas


Samhain, Mabon, Yule y Lughnasadh, son probablemente las únicas festividades del viejo culto que yo personalmente practico, y claramente no en ese orden.


Si bien el culto pagano está repleto de festividades que celebran los acontecimientos estelares así como los ciclos del cultivo, y estos a su vez representan o encarnan algunos viejos mitos del mundo indo-europeo, el contador de fiestas y celebraciones paganas alcanza un total que supera las 200 festividades anuales, al menos 25 de ellas pertenecen a las festividades vikingas y otras 10 a las festividades celtas, de las cuales solo 8 parecen haber permanecido hasta nuestros días.

El tema de las festividades paganas es como un pequeño caldero ardiendo en el medio de un bosque en plena noche, todos los paganos, ‘politeístas’, wiccanos y otros, le ven brillar desde lejos con una diferente perspectiva, todos ellos tienen su propia opinión al respecto y todos tienen su propia visión del tema. Tratar de mantener una conversación sobre cualquiera de estas festividades con al menos 5 o 6 personas puede muchas veces (no siempre) acabar en una gran discusión, pues si algo ha dañado a la comunidad pagana en la última década, es el uso excesivo de las redes sociales, las cuales bajo el pretexto de “unir a las personas” han hecho un admirable trabajo en promover ideas bastante mediocres y en muchos casos, empoderar a personas con conceptos errados a creer que tienen la razón bajo pretextos bastante absurdos.

Si a finales de los años 90’s, todos nos ajustamos a lo que decía el libro, y los argumentos se discutían respetuosamente en cada sabbat (cara a cara), ahora con los blog y las redes sociales, muchos sentimos (y obviamente me incluyo) en esta onda de “si tengo un blog y escribo en él, claramente es porque tengo la razón”, y muchas veces no es así, muchas veces las redes sociales solo acaban por empoderar y magnificar el ruido que alguien causa sin importarle el estudio practico o los anos de experiencia, si bien en mis años como blogger yo mismo he percibido muchas veces “este post que hice esta bastante subido de tono”, o “quizas aqui son muy ofensivo y debo acomodarlo”, también en mis años como blogger he leído incontables posts escritos por personas que citan como única fuente un artículo en la wikipedia, y basados en ello son considerados como los “dueños de la verdad absoluta”, así como he leído artículos enteros de alrededor de seis páginas que finalizan citando hasta nueve libros de diferentes autores y antropólogos, que en muchos casos, son casualmente los mismos artículos que puedes encontrar como citas a un post similar en la wikipedia, y si, esto ocurre lamentablemente más seguido de lo que muchos se imaginan, pues yo personalmente me he distanciado de leer otros blogs y me he dedicado a leer más libros de los autores más diversos antes que consultar con la wikipedia, esa es la vía más vaga de todas, el camino fácil y sin pretensiones de alguien que no se toma en serio su propio trabajo.

Mismo caso ocurre con las festividades paganas y toda la ideología alrededor de las mismas, si bien mi idea no es tampoco promover la “próxima vuelta al oscurantismo” ni nada parecido, si considero que el hecho de que ahora todos puedan libremente expresar sus opiniones, no siempre significa que “todos” tengan las opiniones más correctas, o incluso, las intenciones más claras al compartir estas opiniones.


La Rueda del Año

Lo he mencionado en varias ocasiones, ingresa a la wicca bastante joven, más por necedad que por curiosidad, yo no tenía en aquel entonces la madurez para adentrarme en algo como ello y creo que el resultado fue que acabe de alguna forma ‘quemado’ en el proceso, bastante agobiado y aburrido de las continuas normas, rangos, jerarquías, diferencias de opiniones con los ‘elders’, etc… Y aun asi, amo el camino wiccano como lo que realmente es, (muy por encima de lo que algunos quieran hacerlo parecer), y especialmente porque para muchos como en mi caso, la wicca fue una puerta que nos llevó al sendero pagano y a reencontrarnos con nuestra propia verdad, a escuchar ese llamado.

En la wicca se celebran ocho festividades importantes basadas prácticamente en los ciclos de cultivo, ciclos que aunque hace miles de años podían ser lo más importante para la humanidad, pues el invierno acabaría con las cosechas y ocultaría las vías de comercio, el verano erradicada los frutos y flores, tanto para la alimentación de los hombres y mujeres como para la veneración de los dioses en sus altares, la llegada de la primavera no solo representaba a la naturaleza emergiendo nuevamente de la tierra pues todo comenzaba a florecer, sino además representaba para muchas tierras de aquel entonces, la llegada de plagas, alergias y enfermedades para las cuales el hombre no estaba preparado, y ni olvidar el Otoño, en un mundo donde el conocimiento de la meteorología y los ciclos de la agricultura no eran muy estudiados más allá de lo más básico, al ver los árboles y la naturaleza en general prever, las plagas de gusanos y mosquitos apoderándose de los campos debido al acelerado empeoramiento de las cosechas, el tono rojo intenso de los árboles (asociado con la sangre, guerra y muerte en aquel entonces), y la llegada de las aves de carroña en estos meses, hasta el más valiente de los guerreros habría fácilmente pensado que se acercaba el tan temido fin del mundo, el averno que se apoderaba de la tierra, las almas de Hades apoderándose del mundo, los signos y augurios de que una gigantesca serpiente emergería para devorar al sol y los otros mundos.

Hoy día sabemos que los ciclos de la cosecha son más bien un efecto secundario de los cambios meteorológicos asociados a los equinoccios y los solsticios, y aunque esto haga sonar todo muy científico, yo soy de los que sigue pensando que todos estos ciclos están asociados al trabajo de fuerzas mayores a nosotros que apenas estamos ahora comenzando a entender, así como los mayas que imaginaban hace tres mil años a un dios oscuro en el centro de la vía láctea devorando la luz y todo a su paso, y recién en pleno 2018 la comunidad científica se ha puesto de acuerdo en admitir que toda nuestra galaxia gira en torno a un agujero negro.

Todo ello sin mencionar que la wicca es más consistente con un culto indo-europeo donde las deidades principales son un dios cazador y una diosa lunar para representar el balance, aunque la mayor parte de la comunidad pagana se esfuerza por insistir ahora en hacer ver la wicca como una especie de “resurgimiento del matriarcado primigenio antes de la llegada del patriarcado”, hasta el punto en que la veneración de la deidad masculina es más bien una especie de tabú en la wicca moderna.


Samhain y Yule.

Yo en particular solo celebró cuatro de las festividades, más por un tema de costumbre de muchos años que por obligación religiosa, eso si, mis ciclos son favoritos son Lughnasadh, Samhain y Yule.

Lughnasadh, por su representación del triunfo de la luz sobre la oscuridad a costa del sacrificio más sagrado, nada más motivador en tiempos políticamente oscuros como estos.

Samhain, aunque no lo celebraba con tanta devoción en mi país de origen pues nosotros no tenemos prácticamente Otoño, me recuerda mucho a varias celebraciones indígenas originarias del bonito Amazonas que mi abuela celebraba, además al llegar a los Estados Unidos para celebrar ‘All hallows eve’, y conocer finalmente las calabazas, la motivación claramente aumenta, y mucho.

Yule, seamos honestos, excepto por el Grinch (y conozco un par de estos) es bastante difícil no enamorarse de la Navidad, si!, es una festividad pagana que la iglesia utilizó para convertir a los paganos, si!, Santa Claus en rojo y blanco es más bien una invención de marketing de Coca-Cola basado en la reestructuración comercial de un cuento polaco basado en San Nicola Di Bari, y Si!, Jesus no nacio en Diciembre, y si al caso vamos tampoco nació en Belén ni mucho menos en la época que nos relatan, con una notable diferencia de 8 años.


Mención especial: Cuando yo cursaba el tercer semestre de Marketing y Publicidad en la Universidad, realice un proyecto entero basado en promover Yule y la imagen del llamado ‘Viejo Pascuero’, que es algo así como el San Nicolás argentino, y después de seis meses de esfuerzo la profesora Natalia Buenafuente reprobo mi proyecto por parecerle ‘muy ambicioso’. ‘descarado’ y ‘en contra de las buenas costumbres católicas’, sin mencionar que gritó frente a la clase entera ‘eso no es Dios!’... Y el resto ya es historia de otro cuento.


Samhain celebra la temporada final del ciclo de las cosechas en la cultura celta, y está muy asociado con otros festivales similares de otras culturas paganas alrededor del mundo, aunque mayormente en Europa, eso sí, gracias a la celebración de ‘All Hallows Eve’ (escucho algunas brujas radicales gritando al fondo), esta celebración permanece, se ha mantenido, y es una de esas pocas festividades que las personas ajenas al paganismo entienden, e incluso muchos de ellos respetan sin necesidad de mucha explicacion, ademas, es bastante carismático ver a los niños disfrazarse de brujas y fantasmas en las calles pidiendo caramelos y obligando a sus padres a salir con ellos.

Sin embargo hoy día la celebración de Samhain ha cambiado mucho, y contrario a lo que algunos piensan, esto es bueno, se ha convertido más bien en una celebración de doble aspecto, mientras algunos salen a celebrar la libertad de expresión, vestidos con sus más hechiceros atuendos, mascaras y escobas, organizando fiestas para reunirse con las brujas locales, otros toman esta fecha de una forma un poco más calmada como el momento para honrar a aquellas brujas que han partido de este mundo y que aún permanecen entre nosotros, con una vigilia silenciosa, o en mi caso, con pequeños rituales en casa, acompañados de una decoración del altar bastante minimalista, vino, quesos, flores, incienso y platos repletos de frutas, guirnaldas hechas en casa y mucha, pero mucha, muchísima luz en el altar, para iluminar su camino y su regreso en un próximo ciclo.

Yule, esta festividad es por otro lado más discreto, muchos ajenos al paganismo aun no la entienden, y su asociación a la navidad complica bastante el asunto, si bien hoy dia Yule es más bien una especie de celebración intercultural entre viejas tradiciones romanas (como obsequiar regalos), algunas tradiciones celtas, y tiene mucho que ver con algunas festividades vikingas, el hecho de que todo ello se celebre al mismo tiempo que algo tan grande como la festividad católica de la Navidad, si hace bastante complicado para algunos que se sientan cómodos de celebrarlo.

En mi natal Venezuela, Yule es prácticamente algo desconocido, no se menciona más allá de los libros sobre paganismo y wicca, y solo lo celebran algunos muy cerrados círculos paganos, la Navidad es quizás una de nuestras festividades más grandes junto con los carnavales, los diablos de Yare (lo más cercano que tenemos a Halloween) y algunos festivales de diferentes vírgenes que tenemos en el País.

Aparte, la popularidad de Conny Méndez, fundadora de la metafísica cristiana (una rama de la metafísica contemporánea desde el punto de vista católico y que utiliza a Saint Germain como figura central de su estudio), ayudó a popularizar y promover mucho más la tradición de ‘la noche del Espiritu de la Navidad’ y una serie de complejos rituales que realizamos en Venezuela cada 21 de Diciembre (día del solsticio de invierno).

El espiritu de la Navidad es una celebración pagano-cristiana que se popularizó a partir del año 1986, puedes encontrar muchos libros dedicados al tema en tu librería local, pero si deseas un resumen de ello, cada dos años yo subo a este blog un post actualizado del tema, así que simplemente atento que este año toca uno nuevo.

Así que si bien, las festividades paganas han cambiado mucho, y ahora giran más en torno (la mayor parte de ellas) de la celebración de los difuntos y de todos aquellos que han partido de este mundo, estas siguen siendo celebradas, pero seamos honestos, nosotros nunca vamos a alcanzar a celebrarlas con la misma devoción que lo hacían nuestros ancestros, para ellos celebrar la llegada, nacimiento, muerte y resurrección de los dioses era algo sumamente importante de lo cual dependía su alimento, el clima y su vida, para nosotros estas celebraciones son más bien una forma de recordar el pasado, honrar a los antiguos celebrantes, y un motivo hermoso para conectar con otros creyentes y practicantes como nosotros.


Elhoim Leafar.